Un día sentí
fue extraño
mi piel reaccionó
la mente intercedió
el corazón bombeó
más fuerte de lo normal
(eso decía mi instinto
que poco sabía de latidos).
Un día sentí
y lo llamé
dolor.
Un día me pregunté
¿por qué?
(no me gustaba
eso de sentir).
Un día lloré
pedí ayuda
y lloré.
“hola señor,
qué anda buscando hoy?”
lo miré
respirando forzada
lo miré.
me apresuré
busqué mi birome
y escribiiiii
y escribiiiii
eso que sentí.
Un día escribí
y como adivinanza
me leí
para encontrar
eso que sentí.
Un día escribí en reunión,
tuve asistencia
PERFECTA:
miedos
ansiedades
desamores
dudas
culpas
deseos
angustias
felicidad
sueños.
Un día escribí
amando
la soledad
de sentir
y preguntarme
si siento algo más
que no quiera
sentir.
Un día leí
eso que escribí
de lo que sentí
y sané.
Un día comprendí
eso que escribí
para transcribir
cómo lo siento HOY
para volver
a transcribir
eternamente.
Un día compartí
eso que leí
al escribir
todo lo que sentí
a lo largo
de estos años
(23 inviernos)
y gustó.
y me mimé
con un vino,
birome
tiempo
para escribir
en silencio,
invitando a
miedos
ansiedades
desamores
dudas
culpas
deseos
angustias
felicidad
sueños
(antes que sean vistos
y se escondan).
Un día leí
lo que sentí
en la ducha
pensando
(varios invitados)
me sequé
y escribí.
Un día leí
lo que sentí
en la calle
(otros invitados)
llegué a casa
y escribí.
Un día entendí
mi necesidad
de leer
lo que sentí
de escribir
de volver
y leer
como un proceso
internalizar
aceptar
visualizar
en papel
todo eso
que siento
todo eso
en un todo
y ese todo
soy yo.
(cual bebé
que cree
la madre
parte de sí
mi soledad así
será eso externo
pero parte
de mi).