Mis pensamientos son
dos inquietas alas,
pájaro agotado ya
con chaparrones
de dudas densas
contaminado
por viejos sentimientos.
Un puñado de cables
son mis sentimientos
enredados sin entender
de dónde salen
hacia dónde van.
Mi hemisferio racional
insiste
con dejar de soñar.
Mi hemisferio emocional
inspira
para otra historia
comenzar.
Y un día
piso la realidad
que pronto
muere en ilusión.
Genera miedo
arriesgar
la ansiedad de
anticipar posibles heridas
que luego absorbe mi corazón.
Y así aletea mi cabeza
entre turbias nubes,
cruzando imágenes
que desea
intentando aterrizar
de un modo dulce.