No tenés palabras,
sos un telegrama.
Tu mente se frena
y perdida… espera.
Las horas del día
te pasan por encima
y caés al presente
con un golpe que duele.
¿Qué es lo que te nubla?
Sos un mar de dudas,
pura negación
en tu imaginación.
Sabor a perfección,
perfume a restricción.
Es tu propia fiesta,
no faltes a ella.
Tejés pensamientos,
y los pies en tu asiento,
son nervios mensajeros,
de ansiados deseos.
Te aturde el silencio.
Los futuros inciertos
en código morse:
anuncian “Otro rebrote”.
Ordenás el revuelo
de mil pensamientos,
creás nuevos puentes
quizá persistentes.
Una hoja aparece
y la pena fallece.
Este garabato
nace de tu parto.