Entender es
mi caída perfecta.
Esa fluctuación
entre saber
y no saber.
Estar
y no estar.
Pertenecer
y desconocer.
Reboto como
quien renace.
Pensas ya
no te extrañan
hasta que escuchás un
¿cómo andas?
Cruzas ese muro
que con tanto
amor
construiste.
Amor seco
cubierto de tiempo
y embalsamado
en ilusión.
Cual paracaidista
sentís ese viento
que masajea
tus pómulos
tus piernas
y te deforma
enredando tu pelo
en fantasías
que el suelo
no va a doler
que tu realidad
te recibe
con los brazos
abiertos
si abiertos
para asfixiarte.
Caes
como fruto
maduro,
preparado
y seguro.
Con el próximo
GOLPE
brillarás
MÁS.