A mi veinteañera Soledad,
Le quisiera solicitar
perdone por mi egoísmo
si abandonarla yo insisto.
Cada día
cuesta más
por mi cuenta
salir a remar.
No es lo mío
ser dependiente
Tampoco en todo
autosuficiente.
Quién no desea
alguien al lado
Aunque no sea
necesario.
Un abrazo…
familiares, no es el caso,
pues no escasean,
cuento con seis en casa.
Esta compañía
que estoy refiriendo
es de
“largo tiempo”.
Siempre tomé
el mal hábito
de dar besos
poco cálidos.
(No entregándo me
como esperando
algún otro)
¿Qué sentido tiene
retener todo?
Hoy me doy cuenta:
Así no me sorprenderé
de finalmente encontrar
con la famosa mitad.